Casa en venta en Parres

- Propiedad 1 — La casa de 60 m2 con cochera y huerta

En el corazón de Cofiño, donde el pueblo se asoma a algunas de las vistas más amplias del oriente asturiano, aparece esta pequeña casa que espera una nueva historia. Son 60 m2 para reformar por completo, un punto de partida perfecto para diseñar un hogar desde cero, sin limitaciones y en uno de esos lugares donde la luz cambia el paisaje a cada hora.

La vivienda conserva adosada una cochera en muy buen estado, práctica y funcional desde el primer día. Frente a ella, una huerta de unos 60 m2 permite imaginar un pequeño jardín, un espacio de descanso o una zona de cultivo que recupere el sabor de vivir en un núcleo rural auténtico.

Cofiño no es solo un pueblo bien comunicado: es un enclave con excelentes referencias entre quienes buscan tranquilidad sin renunciar a servicios. El Mirador del Fitu está a un paso, el Río Sella baja cercano recordando cada temporada lo vivo que es el valle, y Arriondas queda a pocos minutos en coche. El pueblo cuenta con todos los servicios esenciales, incluida fibra óptica hasta la puerta, algo que convierte esta casa en una opción ideal tanto para vivienda habitual como para un proyecto de fin de semana sin desconexión obligada.

- Propiedad 2 — Las dos cuadras de 232 m2 con posibilidad de cambio de uso

En la misma trama urbana se encuentran estas dos cuadras adosadas, con un total de 232 m2 que abren un abanico real de posibilidades. Su ubicación en núcleo urbano permite plantear un cambio de uso, de modo que lo que hoy son espacios agrícolas pueden transformarse en viviendas, talleres, alojamientos turísticos o proyectos híbridos que aprovechen la singularidad del entorno.

El conjunto incluye un pequeño terreno de unos 40 m2, perfecto como patio, zona verde o espacio auxiliar para la futura edificación. La orientación y la altura del entorno permiten disfrutar de las vistas panorámicas que caracterizan a Cofiño: colinas suaves, el valle en dirección a Arriondas y, en días despejados, líneas de montaña que parecen más cercanas de lo que realmente están.

El pueblo ofrece algo poco habitual: tranquilidad real con servicios reales. Hay fibra óptica, comercios de apoyo, vecinos de trato cercano y un entorno natural inmediato que hace posible vivir con calma sin alejarse de nada. Desde las cuadras se llega caminando a todo, y en pocos minutos en coche al Fitu, al Sella o a la villa de Arriondas.